México D.F., (diablos.com.mx) 24 de
junio. DE repente un jugador, por estrella que sea, queda fuera de
acción por una lesión y entonces lo reemplaza un prospecto que brilla
intensamente y deja sin trabajo al pelotero que era considerado
indispensable. El último de estos casos lo tenemos con los Medias Rojas
que perdieron por una lesión al estrella Kevin Youkilis y fue
reemplazado por un joven llamado Will Middlebrock que se ha convertido,
bateando y faldeando, en el nuevo héroe de los aficionados histéricos y
casi esquizofrénicos de la ciudad de Boston.
Ha convencido tan plenamente el joven que
la directiva del Medias Rojas lleva días tratando de cambiar a Youkilis
por un pitcher abridor importante, pero la mala racha que atraviesa el
calvo de la piocha ha bajado su valor en el mercado.
Youkilis ha sido por nueve años uno de
los grandes favoritos de Boston, teniendo .286 de porcentaje con 133
jonrones. Jugó la primera base y luego fue pasado a la antesala cuando
le dieron un contrato exagerado de 150 millones de dólares a Adrián
González. Ahora no lo quieren en tercera ni en primera, sino en otro
equipo. Youkilis tiene 33 años y esta temporada termina un buen
contrato, con opción de las dos partes para el 2013.
A los aficionados lo llaman el monstruo
de las mil cabezas y capaces de olvidar al jugador más querido si viene
otro que de mejores resultados. Boston ya un vez se deshizo así de fácil
de Nomar Garcíaparra que era el jugador más querido del equipo hasta
que llegó David Ortiz.
No sería la primera vez que un jugador
importante de un equipo sale del club al llegar un novato espectacular y
el caso más sonado fue aquel del primera base Wally Pipp que llevaba
13 años de jugar la primera base de los Yanquis de Nueva York, siendo
parte de los tres primeros campeonatos de los 40 que tiene el equipo.
En la temporada de 1925 le dieron un
pelotazo en la cabeza en una era que no había cascos para proteger a los
bateadores y un día le pidió al manager Miller Huggins que le diera un
juego de descanso porque sentía mareos.
Entonces pusieron a jugar al joven Lou
Gehrig que ocupó la primera base del Yanquis por 2,130 juegos seguidos
para dejar fuera a Pipp, quien terminó su carrera con Cincinnati.
El caso de Pipp y Gehrig venció el paso
del tiempo y todavía muchas empresas, en su pláticas a los empleados,
les recuerdan que no falten mucho a su trabajo porque les puede suceder
lo que a Pipp cuando enfermó y entró Lou Gehrig a conectar 493 jonrones
en una gran carrera que acortó una enfermedad que le costó la vida a
los 39 años de edad.
Te enfermas, y te vas.