domingo, 28 de agosto de 2011

El Juego Clave


extrabeisbol.com.mx
Gonzalo CAMARILLO

MÉXICO, D. F.- Los cuatro encuentros de la final fueron importantes ya que siempre estuvo latente el poderío de los Diablos Rojos, incluso luego de estar tres juegos abajo.
Muchos pensábamos, por ejemplo, que en cuanto la serie se trasladara a la ciudad de México, los escarlatas podían ganarlos y luego buscar la hazaña en Cancún.
Ahora, por supuesto, sabemos que del dicho al hecho, hay mucho trecho. Los Tigres se impusieron a nivel del mar y sobre los 2,200 de la capital del país. Nos hicieron recordar la frase aquella de que ‘el que es perico… dónde quiera es verde’.
Entonces… ¿cuál fue el juego clave?
Luego de darle vueltas al asunto pensamos que fue el primero. Esa victoria 8-2 les dio a los jugadores felinos la confianza de que el trabuco rojo no era invencible.
De hecho, la defensiva de los luciferes colaboró en la debacle cuando regalaron cinco anotaciones en el primer episodio. Cierto que la ‘Metralleta’ Ramírez se ha visto como pistolita de agua en la postemporada, pero ese día fue traicionado por sus defensivos.
Mientras eso ocurría, Francisco Córdova tuvo su mejor salida de los playoffs, de hecho fue su primera victoria.
Por ende, si Córdova les hizo una faena a los bateadores contrarios, entonces el caballo del cuerpo de pitcheo, Pablo Ortega, los podía hacer pedazos y aunque pasó varios sustos, el tamaulipeco los blanqueó 1-0.
El tercer choque fue importante, pero los Tigres sabían que por muy mal que les fuera en el DF, tenían asegurado el regreso a Cancún. Eso se cumplió, pero para festejar su décimo campeonato.
Quizá la lluvia fue otro factor importante, eliminó del terreno a un pitcher que va hacia arriba, Marco Duarte, al día siguiente aseguraron el triunfo sobre el bullpen rojo.
Ya con la ventaja 3-0, Diablos no tenía un pitcher abridor que pudiera meterlos en la pelea, ni al día siguiente en caso que hubieran podido ganar el del honor.
Como el lector puede ver, el primer choque marcó el derrotero de los bengalíes rumbo al título.
LOS NÚMEROS
Tigres se coronó con una cadena de siete victorias consecutivas, las tres primeras fueron para borrar un déficit ante el Águila de Veracruz. El pitcher que inició esa racha fue el gringuito Enrique Lechuga, le ganó 3-1 el duelo de pitcheo al ex grandeliga Juan Acevedo.
Pedro Castellano fue el mejor bateador de los Tigres en la postemporada con .417, pero los que más daño hicieron a la hora de remolcar carreras fueron los importados Doug Clark y Willie Romero con 14 cada uno, mientras Albino Contreras se apuntó 13 y el fajador Iker Franco 12.
En el pitcheo, Miguel Ramírez cerró con un perfecto 3-0 en ganados y perdidos, 4.03 de PCL en 29 innings repartidos en cinco salidas, o sea casi 6 por juego.
Pero el mejor fue su caballo Pablo Ortega con un impresionante 1.13 de PCL, el mejor de todos los pitchers en playoffs. Apenas 24 hits tolerados en 32 rollos, aunque su 3-1 no fue perfecto porque perdió un duelazo en Oaxaca 2-1.
El dominicano Sandy Nin fue otro héroe, uno improbable porque la tarea original era de Scott Chiasson, pero cuando éste se lesionó, Nin fue la solución. En postemporada estuvo perfecto de 7-7 en rescates, registró 19 ponches en 17 episodios, de pilón se acreditó una victoria.
LOS DIABLOS
Lo mejor que tuvieron en la postemporada fue el cerrador venezolano Jean Machí, el lector puede no creerlo pero fue campeón de ponches (27) por encima de todos los abridores de su equipo, Tigres, etc.
El ‘Cochito’ Cruz nunca perdió la productividad, fue el mejor en impulsadas de la postemporada (16) empatado con Agustín Murillo. También fue el mejor en anotadas (15) empatado con Chris Roberson y el juvenil Sergio Pérez de Sultanes.