lunes, 16 de abril de 2012

TOMMY AL BAT... POR TOMAS MORALES!!!

México D.F., (diablos.com.mx) 16 de abril.  CUANDO los Diablos estaban atrapados en la mitad del partido nocturno del sábado finalmente Cory Aldridge, el nuevo refuerzo, dio un jonrón por el jardín izquierdo para de esa manera poner en la pelea a unos Rojos que terminaron ganando 5-3 sobre todo al aprovechar un error del segunda base.

Aunque la ofensiva escarlata continúa muy por absajo de lo que nos tiene acostumbrados, Aldridge podría ser la gran diferencia y algunos aficionados ya lo están llamando el nuevo Ty Gainey del equipo.
Usted recordará los grandes años que tuvo Gainey, incluso uno en que ganó la triple corona, pero es curioso que nunca cuando estuvo el gran cañonero zurdo los Diablos pudieron ganar uno de sus 15 campeonatos.
Gainey tuvo seis  temporadas con el México en que dejó un gran porcentaje de .360 y dio 62 jonrones. Gainey es uno de los grandes del bateo en la historia del club, al estilo del cubano Roberto Ortiz en los años cuarenta o Nelson Barrera así como Lorenzo Bundy en tiempos más recientes. En un año Gainey conectó 47 jonrones que es marca para la historia de los Diablos.

Aldridge también batea a la zurda y tiene poder para todos los lados del parque por lo que puede manejar pitcheos adentro y afuera. Ya el sábado le dieron base intencional y los managers contrarios van a tratar de evitarlo.
Rolando Valdez inició el juego por los Diablos y mereció la victoria, pero el ampayer de home que trabajó le quitó infinidad de lanzamientos que iban por la zona de strike.

No sabemos si la Liga Mexicana revisa los juegos en las repeticiones de televisión, para checar a sus ampayers  pero sino lo hacen no se van a dar cuenta de lo mal que están algunos de sus azules en el conteo de bolas y strikes.

Alfonso Márquez, el ampayer mexicano de Grandes Ligas, les podrá dar mucha instrucción pero el conteo de bolas y strikes nace con el juez beisbolero. Hemos tenido a formidables ampayers como Jesús Monter que le daba todas las esquinas a los pitchers, a gente notable como Amado Maestri,  Armando Rodríguez y “Musulungo” Herrera,  pero si estamos escasos de pitcheo en la liga, estamos más escasos en buenos ampayers.

Los pitchers se vienen abajo cuando los ampayers no les cantan los pitcheos esquineros, o el tan comentado strike alto o el de las rodillas, y entonces los dejan a merced de los bateadores.
Por regla general los ampayers de aquí, por años y años, se portan mejor con los bateadores que con los lanzadores, posiblemente porque lo tienen más cerca y les van a protestar sin tener que moverse. Pero por favor, comiencen a cantar strikes.

Hablando de Pelota

Luke Scott, jonronero del Orioles de Baltimore en temporadas pasadas y actualmente parte del Tampa Bay, calificó al Parque Fenway de Boston como un auténtico “basurero”. Al llegar Tampa el zurdo Scott dijo que el Parque Fenway tiene mucha historia, mucha tradición, pero para los aficionados es un “basurero: “Los vestidores son muy viejos, no hay las facilidades modernas de las jaulas de bateo y los doug outs son muy pequeños y muy incómodos. Ya es hora de que tiren este parque y hagan un nuevo.”
En algunos aspectos concuerdo con Luke Scott ya que he estado en el Parque Fenway como aficionado y cronista, y los asientos son pequeños e incómodos. Si le toca alguien muy gordo al lado de su asiento, está uno en problemas.

Totalmente en los juegos de TV se ve como una joya del pasado ya que tiene los mismos años que el Titanic, aunque el monstruo verde fue colocado mucho tiempo después de su inauguración.
Los aficionados de Boston abuchearon a Scout por sus declaraciones pero él ripostó con un   cuadrangular de tres carreras en  el juego del sábado.

Así que lo que consideran muchos una joya del Béisbol, el Parque Fenway, es todo un “basurero” para Luke Scott. Por cierto para este fin de semana tendremos en ese “basurero” beisbolero la primera serie de Yanquis de Nueva York y Medias Rojas de Boston.

Grandes problemas atraviesan los Gigantes de  San Francisco al  enterarse de que su pitcher cerrador estrella, al Barbón Wilson, va a tener que ser operado otra vez y perderá otro año de juego. Wilson fue parte muy importante en el  campeonato ganado por Gigantes hace dos años pero también es indudable que su manager Bruce Bochy lo utilizó en demasiados innings y sin el descanso  apropiado.

De cualquier manera son admirables  las largas carreras de los relevistas como las de Mariano Rivera del Yanquis y Trevor Hoffman del Padres de San Diego y otros equipos. Nunca les pasó lo que a Wilson y lo que al mexicano Joakim Soria a pesar de extenuante trabajo.

El pitcher japonés Yu Darvish lanzó mucho mejor en su segunda salida de la temporada con los Rangers de Texas, aunque el derecho que le costó 100  millones de dólares a los bicampeones no ha demostrado ser el super pitcher que se esperaba. El sábado no tuvo decisión y aunque solo aceptó dos carreras, se pasó los cinco innings plus en la cuerda foja, Dudo mucho que Darvish vaya a terminar valiendo lo mucho que costó. Otro Hideki Irabu posiblemente y ningún equipo de Ligas Mayores se va a volver a interesar en pagar tanto por un pitcher nipón.

El joven Héctor Velázquez de los Piratas de Campeche llegó a cinco victorias  sin derrota pero su trabajo no fue como el último en que blanqueó al Diablos Rojos. Esta vez lanzó cinco entradas en siete hits y tres carreras, con cuatro ponches y dos bases. Su promedio en carreras limpias está en 2.22 ahora.

En su paso por la Liga Mexicana de 1945 a 1948, el cubano Roberto Ortiz impuso la marca que perdura de cuatro años seguidos siendo el campeón de jonrones. Héroe de los Rojos del México en el verano y de los Azules del Almendares en aquellas formidables Ligas Cubanas  que acabó Castro.

Sus cifras jonroneras fueron de 26, 25, 22 y 19 en una campaña recortada por las  pérdidas económicas de los equipos. Igualmente en 1948 impuso la marca de 35 juegos seguidos dando de hit. En un invierno Ortiz no pudo jugar en su querida Cuba por una suspensión y lo tuvieron en la Liga Peninsular donde acabó con el cuadro al ganar la triple corona.