México, D.F. (diablos.com.mx) 17 de
marzo.- AHORA que el tercer Mundial está por finalizar y los equipos que
tenían muchas esperanzas fueron eliminados, le echan la culpa de los
fracasos al manager. En el caso de Estados Unidos han quedado muy
molestos, como Dusty Baker, quien ha comentado que quiere manejar al
equipo americano en el próximo Mundial, pero tendrá que esperar cuatro
años para ello.
En el caso del fracaso del equipo
mexicano será más difícil echarle la culpa por completo a un manager, ya
que por lo que se ha dicho y visto, varios movían el tinglado. Muchos
comentaristas han dicho que el equipo se armó al gusto de Adrián
González, quien eligió a varios de los jugadores.
Luego vimos en el juego contra Canadá
que “Cochito” Cruz actuó como manager al indicarle al pitcher Arnold
León que le tirara al siguiente bateador canadiense. Cuando sucede un
caso en que un equipo quiere desquitarse es el manager el que decide si
hay un bolazo al bateador siguiente y no el tercera base.
Oficialmente, fue Rich Rentería el
manager y en contra de él se puede decir que no tenía control sobre sus
jugadores y que, sobre todo, utilizó mal a sus pitchers, ya que por las
reglamentaciones del Mundial en la primera ronda se quedó sin sus
pitchers estelares para el juego decisivo contra Canadá, al utilizarlos
en los dos primeros partidos.
Por regla general, los jugadores no
conocen en forma profunda las reglas complicadas del beisbol, ya que
ellos batean, pitchean, corren y cuando se añaden reglas especiales en
el Mundial no hay ni tiempo para explicárselas.
Cuando vino el ahora famoso toque de
sorpresa que un bateador canadiense convirtió en hit al abrir la novena
entrada y en juego que ganaban 9-3, el comentarista americano, Rick
Sutcliffe, aquel buen pitcher de Ligas Mayores, explicó que fue un
acierto del bateador ya que en el Mundial se puede calificar en la
primera fase, en caso de empate, por promedio de careras anotadas y
recibidas. O sea que un equipo debe tratar de anotar todas las carreras
que pueda porque en este torneo importa aún más la diferencia del score.
Allí no encaja esa exigencia no escrita del Béisbol que dijeron algunos
de que un equipo que va ganando por varias carreras insulta al otro
con un toque para embasarse o un robo. No hay lugar para esos
desplantes versallescos que exige un equipo que va perdiendo por
bastantes carreras.
Fue entonces que “Cochito” Cruz, sin
conocer las reglas del Mundial, quedó captado para siempre por la TV
dando orden al pitcher de tirarle al siguiente bateador. Y nos
despedimos con una bronca vergonzosa.